Rosa Díez Cagigal: “Hace años el tabú era el sexo y ahora lo es la muerte”
La médico de cuidados paliativos en Laredo dirige un nuevo curso sobre el final de la vida y el acompañamiento a los enfermos terminales
El Curso de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) 'Una visión de la vida y de la muerte desde los cuidados paliativos', que se desarrolla en la sede de Laredo, sirve "para hablar de la muerte e integrarla en la vida. Es una parte más y tenemos que aprender a despedirnos y a dejar que la persona que muere se vaya. La muerte sigue siendo un tabú en nuestra sociedad, hace años el tabú era el sexo y ahora es la muerte", ha apuntado Rosa Díez, directora del seminario que vuelve en una nueva edición en la que se introduce la idea de la lógica global convergente.
Patricia Lacasa, experta en Kundalini Yoga e invitada en el curso, explica el concepto: "La lógica a través de la cual podemos volver a reconectar con nuestra esencia original. Parece ser que los universos originales querían tener una experiencia fuera de su equilibrio perfecto y se inventaron la existencia humana para tener una experiencia distorsionada", apuntó.
Lacasa aseguró que el kundalini yoga "se le ha presentado siempre como el yoga de la conciencia. Desde mi perspectiva, lo que pretende el kundalini yoga es reconectar con nuestra esencia. Yo misma tuve muchos conflictos porque no podía explicar los cambios por los que yo iba pasando. La lógica convergente es la que me ayudó a explicar esos cambios, cómo el inconsciente es el que va cambiando a través del yoga y cómo nos hace percibir distinta nuestra experiencia humana. Reconocer que hay algo más grande que nosotros".
En esta nueva edición del curso, que es ya la séptima, Díez Cagigal recordaba que "los cuidados paliativos sirven para aliviar el sufrimiento del paciente y de la familia; a menudo se sufre la enfermedad como algo injusto, algo que no tenía que pasar. Nosotros acompañamos en todo ese proceso de aceptación de lo que está ocurriendo para que pueda haber una despedida. Muchas veces el paciente y la familia van a ritmos distintos; a veces va más adelantado el paciente porque tiene más señales de lo que le pasa. Nosotros intentamos que cojan el paso, que se acompañen para que sea menos duro", explicó.
Díez Cagigal, que lleva quince años de trayectoria en la especialidad, apuntaba que trabajar con personas que están en el final de su vida hace apreciar más el día a día; "te hace dimensionar las cosas muchísimo, no se puede hacer un drama de cosas que no son relevantes. Si todos viviésemos pensando que estamos en nuestro último año de vida, sería una experiencia transformadora para todos".
La directora del seminario explicaba que "es bueno hablar de la muerte cuando no estamos enfermos, cuando estamos bien, porque eso nos prepara. Hablar de ello es una preparación para la propia muerte de cada uno de nosotros".
