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El Grupo de Investigación Biofouling de la Universidad de Cantabria (UC) ha diseñado un equipo portátil para realizar ensayos de eficiencia energética en nuevos equipos o en aquellos que estén en servicio en diferentes industrias, lo que conllevaría a la reducción de los gases de efecto invernadero.

Los autores de la patente, -los profesores de la ETS de Náutica Sergio García, Luis Vega, Ernesto Madariaga y Alfredo Trueba-, han trabajado durante tres años en diversas investigaciones que han dado como resultado la obtención de la patente 'Intercambiador de calor portátil para el ensayo de tubos extraíbles de diferentes materiales (ES2598122B2)', de gran utilidad en la industria debido a que puede ayudar a mejorar la eficiencia energética en cualquier proceso de transferencia de calor.

Las aplicaciones de la patente son muy extensas en diversos sectores, como en el de generación de energía, la industria de papel, la química, la naval o la alimentaria. Por ejemplo, se podría aplicar dentro de la industria alimentaria en el proceso que se aplica a la leche para ser pasteurizada, o en el sector del transporte, mediante el mantenimiento térmico del aceite lubrificante para que no pierda o se alteren sus propiedades físico-químicas.

La industria es un sector intensivo en el consumo de energía y ha sido uno de los sectores en el que más se ha incidido con las actuaciones orientadas a mejorar la eficiencia energética. No obstante, continúa siendo un sector estratégico de actuación, con un potencial alto de reducción de consumo de energía final y de emisiones de dióxido de carbono.

La incorporación de las mejores tecnologías disponibles en equipos y procesos y la implantación de sistemas de gestión energética, son el camino a seguir. Estas industrias utilizan equipos de intercambio de calor en sus procesos industriales que sufren una pérdida de eficiencia debido a la acumulación en su interior de ensuciamiento.

Así, en el diseño y funcionamiento de los equipos debe de considerarse un coeficiente de ensuciamiento que afecta a la eficiencia del equipo. El total de costos relacionados con dicho factor en estos equipos se estima que excede de 4.300 millones de euros anuales para los principales países industrializados, lo que supone hasta el 30% del PIB. Por ello, es necesario aplicar tratamientos de limpieza apropiados al diseño de cada equipo.

Por lo tanto, es importante poder realizar ensayos previos para poder optimizar en la fase de la instalación el comportamiento que tendrán los materiales de intercambio de calor para lograr alcanzar un mayor rendimiento (eficiencia y operatividad de los equipos), aumentando las etapas de funcionamiento y disminuyendo las labores y etapas de mantenimiento de los equipos y de las instalaciones.

La patente desarrollada puede adaptarse fácilmente a cada material, fluido e instalación, incluso permite ensayarlos al mismo tiempo. De tal forma, que antes de diseñar o modificar un equipo se pueda ensayar el comportamiento del mismo de una forma económica y sencilla.

Por lo tanto, el fabricante y el usuario podrán conocer el comporamiento de la eficiencia del equipo antes de instalarlo y ponerle en servicio. De esta manera, el equipo patentado ayudará a la reducción del impacto medioambiental y la reducción de emisiones de efecto invernadero.

Pie de foto: Los profesores Sergio García y Luis Vega, con la nueva patente.