La vicepresidenta de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Cantabria, Lourdes Bermejo, ha reclamado hoy un nuevo enfoque en las políticas de atención a las personas en situación de dependencia, de forma que no solo se centren en prestar cuidados físicos, sino también "en garantizar la seguridad jurídica de estas persona, el respeto a sus derechos y a una vejez que les valga la pena". Todo un reto para Comunidades Autónomas como Cantabria, donde aseguró que el "modelo asistencial para personas en situación de dependencia sigue anclado en el siglo XX, excepto algunas entidades que han preferido avanzar".
Así lo expuso Bermejo durante su intervención en el curso 'Envejecimiento activo y saludable. Propuestas de actuación', que se desarrolló a lo largo de esta semana en la sede de Los Corrales de Buelna de los Cursos de Veranos de la Universidad de Cantabria (UC), organizados desde el Vicerrectorado de Cultura y Participación Social.
Lourdes Bermejo participó hoy como ponente en este monográfico con la conferencia titulada 'Oportunidades de envejecimiento activo para las personas cuando están en situación de dependencia o necesitan cuidados'. Una sesión en la que abogó por "revisar" las propuestas institucionales de atención gerontológica a personas en situación de discapacidad "para entender que son ciudadanos de primera".
En este sentido, reivindicó "la apertura de los centros de atención a la comunidad", y el respeto a la individualidad de las personas. Bermejo explicó que "durante muchos años se ha pensado que una cosa son las personas sanas, comunitarias y participativas, para las que se han hecho políticas de envejecimiento activo", mientras que se ha creado un sistema de apoyos y cuidados a las personas en situación de dependencia muy centrado en lo físico, "olvidándose que son personas con las mismas necesidades que el resto".
Para Bermejo, el envejecimiento activo tiene tres ejes, que son los mismos tanto para las personas en situación de dependencia que necesitan apoyo, como para el resto que forman parte de la comunidad: "la participación, el respeto de derechos y la escucha de la persona en el aquí y ahora", enumeró. Un reto y una responsabilidad "especialmente para los profesionales que trabajan en este sector, que no podemos quedarnos con lo que aprendimos hace años, porque la sociedad cambia al igual que el desempeño del servicio de atención a las personas", recordó. Es "una prioridad social", añadió.
Y es que, a su juicio, "una sociedad no puede estar gastándose el dinero en cosas secundarias, cuando las primarias no están garantizadas. Y garantizar una vida digna a las personas en situación de dependencia es de primera necesidad, no de segunda. Es un problema de poner en la agenda de las administraciones públicas lo que es prioritario. No tiene sentido que un sistema sanitario gaste millones de euros en aumentar la esperanza de vida, y en hacer operaciones increíblemente caras, para que al alta de esa persona, el apoyo sea tan frágil y el sistema tan poco garantista", concluyó.
