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"Aunque parece que hay muchos productos y servicios y que la información climática es buena y suficiente, lo cierto es que nos enfrentamos a unos cuantos retos porque no toda la información, no todas las variables observables del clima están disponibles, ni se pueden utilizar ni tienen la calidad suficiente para que sea utilizada con confianza". Así se ha expresado Manola Brunet, presidenta de la Comisión de Climatología de la Organización Mundial de Meteorología antes de su intervención en el monográfico 'El valor añadido de la información climática en salud pública', que se celebra estos días en El Torco de Suances dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).

La experta apuntó antes de su intervención que "pese a que la información a tiempo real es abundante, el problema radica en que no existe un archivo que pueda hacer la colección temporal de todas las observaciones que son importantes en el momento de hacer una predicción meteorológica pero también climática. La ventana temporal es muy corta, de 20 ó 30 años".

En este sentido, entre los retos a los que se enfrenta está el de "proporcionar" al público en general y a los agentes específicos de ciertas actividades "herramientas mejores de las actualmente disponibles", dijo. En definitiva, "conseguir una mayor disponibilidad de la información desde una perspectiva temporal más larga que la actual y que sea de calidad", afirmó la experta.

A la inauguración del monográfico, que tiene como fin principal crear una nueva conciencia sobre cómo la información climática está adquiriendo cada vez un papel más relevante en el campo de la Medicina y la Salud Pública, asistieron Jesús García, director del Centro de Investigación del Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria (CIMA), y Marina Torres, directora del Área de Extensión Universitaria de la UC.

García subrayó que el monográfico que dirige Pablo Fernández de Arroyabe Hernández, profesor del Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la UC; centra su mirada en tres inquietudes de la sociedad actual: "la preocupación por el clima, la salud y la información".

"Tres disciplinas que confluyen y es el esfuerzo de este curso conciliarlas en beneficio de una mejor calidad de vida de las personas y el entorno", señaló el director del CIMA. Asimismo, recordó que "una buena parte del llamémosle conocimiento que existe obedece a ciertas tradiciones populares y a algunos dichos, algunos con fundamento científico y otros en absoluto". En este sentido echó la vista atrás para recordar a Séneca, quien ya hace siglos contaba que los médicos le recomendaban irse de Roma porque "las condiciones eran malas para su asma" y como reconocía que cuando se iba "su estado de salud mejoraba".

El seminario quiere crear un foro de debate científico sobre cómo los procesos atmosféricos afectan a la salud de las personas y cómo los pronósticos meteorológicos y climatológicos pueden llegar a emplearse para mejorar el entendimiento de los procesos de transmisión de las enfermedades, desarrollar sistemas de alerta y elaborar mapas de vulnerabilidad que permitan mejorar el proceso de toma de decisiones en materia de salud pública.