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​El catedrático de Filosofía Social y Política e investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco, Daniel Innerarity, que recogió ayer el Premio Internacional Eulalio Ferrer 2018, ha defendido esta tarde en la conferencia magistral "La democracia después de la democracia", ofrecida en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria, que esta forma de organización social, en vez de estar muerta, como se defiende recurrentemente, "ha sufrido cierta degradación, más que una progresiva desaparición". "No estamos en una época prefascista, como en la República de Weimar en Alemania, previa al nacismo, sino en un momento en el que tenemos que interpretar los sucesos con categorías inéditas hasta ahora".

"Necesitamos otro marco de referencia para las soluciones, por supuesto, pero sobre todo para identificar los problemas", ha señalado el filósofo que, con esta conferencia, a la que ha asistido, entre otros, el rector de la UC, Ángel Pazos; la presidenta de la Fundación Cervantina, Ana Sara Ferrer; el secretario académico de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, Guillermo Estrada,, cierra los actos organizados con motivo de la entrega del Premio Internacional Eulalio Ferrer 2018. También se encontraba entre el público que ha abarrotado la sala Fray Antorio de Guevara del Paraninfo, la vicepresidenta del Gobierno, Eva Díaz Tezanos; y la directora general de Universidades, Marta Domingo. Además, también han acudido miembros del equipo de gobierno de la UC.

El filosofó ha comenzado su ponencia haciendo un análisis de qué significa que la democracia esté en crisis, "porque hay muchos obituarios", ha dicho, "en los que se declara que la democracia ha muerto y, a lo mejor, lo que pasa es que la manera de morir es más una cierta degradación que una desaparición de la democracia".

"Mi interpretación de la crisis actual de la democracia es que algunos de sus valores han dejado de funcionar equilibradamente; en este caso, el principio de realidad y el principio de placer se han disociado: la competencia contrasta con las limitaciones en las que la política debe desenvolverse y las expectativas de participación no son compatibles con la complejidad de los asuntos. "La democracia ha vivido la mayor parte de su historia de glorias pasadas; ahora debe sobrevivir reformulando su función en el mundo actual y en el futuro", ha aseverado el filósofo.

Por su parte, ha indicado, "en el ámbito de las soluciones, tenemos que pensar que los mayores ataques a la democracia se deben a que, en su nombre, se toma de manera unilateral uno de sus elementos: por ejemplo, el plebiscito.

"La democracia es un todo completo donde intervienen factores muy diversos: tiene que haber participación, pero tiene que haber delegación, responsabilidad, tiene que haber un momento constituyente. Por lo tanto, mi idea fundamental es pensemos la democracia como una cosa compleja en la que intervienen muchos factores que hay que equilibrar y ese es nuestro gran desafío en unas circunstancias totalmente nuevas que es el siglo XXI", ha defendido.

Finalmente, y respecto a las posibles soluciones existentes a esta "crisis", ha dicho, tenemos que entender que "la organización de la convivencia es un asunto que nos compete a todos y que nos apela a intervenir, a comprender, a participar, a criticar en la medida de nuestras posibilidades, pero principalmente, a reflexionar".

Foto: Ana Sala Ferrer, Daniel Innerarity y Ángel Pazos, tras la conferencial.

Enlace a la conferencia magistral "La democracia después de la democracia", de Daniel Innerarity.

Foto: Daniel Innerarity en el transcurso de su conferencia, esta tarde.