Este tipo de equipos son de uso individual y obligatorio para el personal sanitario y para aquellas personas que pueden ser posibles contactos, bien porque sean pacientes que han dado positivo en la prueba, bien porque hayan estado en contacto con un paciente positivo. En este sentido, hay que destacar que existen varios tipos de mascarillas según su grado de protección, aunque las medidas para colocarlas y quitarlas sin riesgo de contaminación son las mismas.
Tipos de mascarillas de uso frecuente
Las más habituales son las
mascarillas quirúrgicas
según la Norma UNE 14683, para evitar la transmisión de agentes infecciosos procedentes de la persona que la lleva puesta. Adicionalmente, las que lleven el Marcado IIR pueden proporcionar protección a salpicadura de fluidos potencialmente contaminados.
Otra de las mascarillas de uso frecuente son las
autofiltrantes para partículas (FFP)
según la Norma UNE 149, cuyo uso previsto es proteger de la inhalación de partículas (aerosoles o bioaerosoles) a la persona que la lleva puesta.
Además de su uso como medida de prevención, es fundamental una colocación y retirada adecuada de este tipo de protecciones, indispensable para garantizar el objetivo de protección. Para ello, habrá que lavarse las manos previamente a la colocación de la mascarilla tapando por completo la zona buco-nasal, pasar las gomas por detrás de la cabeza y ajustar el fleje al puente nasal.
Puesto que la mascarilla autofiltrante basa su correcto funcionamiento en un ajuste hermético de la cara de la persona, la presencia de vello facial puede dificultar o impedir un ajuste facial de la FFP y limitar la protección esperada frente al riesgo. Para ello, el mecanismo de presión negativa necesario exige la realización de ensayos de ajuste y estanqueidad a través de sencillas medidas como verificar el ajuste del contorno con los dedos e inhalar con normalidad y asegurarse que el aire entra por la superficie textil de la FFP.
En el caso de que la mascarilla disponga de válvula de exhalación, se deberá tapar con la palma de la mano y exhalar progresivamente con normalidad. En ese caso, la FFP se debe inflar ligeramente sin que se produzcan fugas en el ajuste facial.
Si por el contrario, la mascarilla no dispusiera de válvula de exhalación, habrá que tapar el filtro con ambas manos y exhalar progresivamente, se debe inflar ligeramente sin fugas en el ajuste facial.
Una vez fuera de casa, mantendremos la mascarilla puesta, sin tocarla, hasta que regresemos a nuestro domicilio donde lo primero que haremos, antes de tocar la mascarilla, será un adecuado y lavado de manos exhaustivo.
Para su correcta retirada, habrá que pasar las gomas hacia delante y guardarla en una bolsa específica, salvo que durante el tiempo que se haya tenido puesta se haya estado cerca de otra persona que haya tosido o estornudado, en cuyo caso habrá que desechar la mascarilla, ponerla en una bolsa, tirarla a la basura orgánica y volver a lavarse las manos.
Principales medidas adoptar
Actualmente, y dado que se desconoce quién puede estar en fase de incubación y poder ser trasmisor del virus, se ha extendido el uso de este equipo entre la población. No obstante, y aunque se utilice la mascarilla como medida de protección frente al contagio, no debemos olvidar las
principales medidas a adoptar, como salir del domicilio exclusivamente para las compras básicas o si eres trabajador autorizado; mantener una distancia mínima con otras personas de al menos 1 metro; realizar una higiene de manos frecuente con agua y jabón o con soluciones alcohólicas; evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca; y cubrirse la boca y la nariz con pañuelos desechables al toser o estornudar, y tirarlos inmediatamente a la basura. En caso de no disponer de un pañuelo, habrá que taparse siempre con el codo flexionado y evitar usar la mano. Si se tose o estornuda en la mano, hay que lavarse inmediatamente evitando tocar cualquier superficie.
