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"Tenemos que aprender a trabajarnos, a vivir desde el adentro hacia el afuera, reconocer lo que nos pasa y tener herramientas y estrategias para afrontar situaciones de vulnerabilidad, de pensamientos críticos". Con este planteamiento ha resumido María Teresa Rodrigo Vicente, trabajadora social sanitaria del Servicio Cántabro de Salud (SCS), el objetivo de Del poder del Mindfulness al coraje de la compasión. Un monográfico en clave práctica y participativa que se imparte entre el jueves 29 y el viernes 30 de julio en Laredo, la más longeva de las sedes de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).

Durante la apertura del curso, en la que ha estado presente la directora de la sede pejina Nuria Ruiz Palazuelos, María Teresa Rodrigo ha agradecido a la UC que haya retomado la formación presencial tras el obligado parón del verano pasado: "Poder estar aquí es un regalo. Es un lujo tanto para los presentes como para los ponentes. Y es un lujo para Laredo que se haga esta formación, desde lo público, y abierto a todo tipo de personas que quieran autoconocerse, descubrirse, y sobre todo, relacionarse de otra manera". 

La trabajadora social sanitaria del SCS también ha celebrado que se hayan agotado las 30 plazas disponibles de este curso de verano: "Me siento muy agradecida por el tiempo de estas personas y por su actitud. Porque a estos cursos te apuntas desde el corazón, te apuntas para conocerte”. 

Respecto al perfil del alumnado de Del poder del Mindfulness al coraje de la compasión ha destacado que hay  hay profesionales de la psicología, de la salud así como otras personas que tienen en común el interés por trabajar "no con la pasión con, que es la fatiga, sino con la compasión, que es sostener, que es acompañar y que es, sobre todo, respirar al lado del otro y no desde el otro". 

APRENDER A PARA

Ya metida de lleno en las clases, María Teresa Rodrigo ha puesto el énfasis en que "hay que aprender a parar, y aprender a reconocer esa voz crítica que en muchos momentos no somos conscientes del trato que nos damos". La atención plena a lo que nos acontece en cada momento es una prioridad. 

"Todas las cualidades de la compasión, del mindfulness, de la paciencia, de la esperanza… Están dentro de nosotros, pero lo que más nos cuesta es darnos cuenta de la capacidad que tenemos para utilizarlas para nosotros mismos y sobre todo aprender a tratarnos bien, a ser merecedores de nuestro afecto, y no a juzgarnos tanto". Es decir, la clave está en "no poner la seguridad en el afuera, sino reforzar y cultivar la seguridad que tenemos dentro, cultivar la paciencia y cultivar la auto amabilidad, y ese coraje es lo que nos va a dar la fuerza para nosotros y para los demás".

Respecto a motivos de esta pandemia de infelicidad que se extiende por la sociedad, la experta resalta que "la educación que hemos recibido es la educación del modo hacer: el modo hacer es acumular, tener, no parar, el saber no ocupa lugar, aprovechar el tiempo y sobre todo, poner objetivos en minifelicidades: cuando acabe la carrera seré feliz, cuando me compre un coche  estaré contento… Estamos en esa rueda continua, de autoconsumo de  minifelicidades y de trampas mentales que nos llevan a un consumo y a un sufrimiento continuo, de la mente y de la persona".

ATENTOS A LAS SEÑALES

Hay que estar atento a las señales: "La vida nos va dando muchas claves para parar, a nivel de salud, a nivel de pandemia, a nivel de circunstancias . Digamos que la vida nos da tarea, y nos da muchas señales, pero no nos miramos ni nos paramos, sino que seguimos con la misma historia y no aprendemos casi nada".

La pandemia puede servir de aldabonazo. "Nos está dando muchas claves para ir de dentro hacia afuera, y aprender sobre todo a vivir más  el modo ser, a contemplar, a vivir la vida, a deshorar el tiempo,  y a darnos valor y dar valor". La enseñanza es poderosa: "En cualquier momento estamos viendo que nos vamos. Venimos, estamos entretenidos en tonterías, y nos podemos ir sin dar valor a lo importante: a las relaciones, a los vínculos , a tenernos en cuenta". 

Momentos y situaciones que suelen pasar desapercibidas: "Valorar ese amanecer,  dormir bien, tener la nevera llena, que te arranque el coche… En esas pequeñas cosas, en esos gestos es donde tenemos que poner el agradecimiento continuo, porque nos van a ir sujetando y haciendo que nos demos cuenta que tenemos que colocarnos ahí". 

Pie de foto: de izquierda derecha, María Teresa Rodrigo Vicente, directora del curso; Nuria Ruiz, directora de la sede de Laredo de los Cursos de Verano; y Alma Fernández, Instructora de Mindfulness; y un momento de a ponencia de Alma Fernández durante la primera jornada del curso de verano en Laredo.