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​El estudio de los restos de madera encontrados en el yacimiento de Heping Dao (Keelung, Taiwán) revela la estrecha relación que existe entre los objetos de madera utilizados en la vida diaria y en la muerte, y los procesos históricos acontecidos en este territorio. Así se pone de manifiesto en un artículo publicado por la investigadora del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), María Cruz Berrocal (STAR2) y la investigadora de la Universidad de Cantabria (UC), María Martín Seijo (investigadora Beatriz Galindo), en la revista Journal of Archaeological Science (JAS).

"A través de la investigación arqueológica sobre la artesanía de la madera nos es posible conocer datos que no aparecen reflejados en los textos. Se trata de un material omnipresente en la vida humana hasta, al menos, la segunda mitad del siglo XX y que ofrece una imagen de las condiciones históricas y sociales que no pueden ser fácilmente observados a través de otros tipos de cultura material", explican las investigadoras.

María Martín Seijo señala que "la madera muestra dimensiones de la vida que no están consignadas en los textos escritos ya que es habitual que estos proporcionen una perspectiva tardía y potencialmente parcial de muchos problemas de la vida cotidiana".

En este caso, en Taiwán, se da la circunstancia añadida, según explican las investigadoras, de que los textos solo proporcionan la visión del mundo de los extranjeros y no pueden profundizar en el pasado aborigen, para el cual la arqueología es la herramienta fundamental. El conocimiento del pasado aborigen es fundamental en el Taiwán de hoy, porque una parte importante de la ciudadanía es de ese origen.

Colonización holandesa vs. colonización japonesa

Heping Dao fue colonia española desde 1626 hasta 1642 cuando sucumbió al ataque de los holandeses. Posteriormente los holandeses serían expulsados de Heping Dao y Taiwán en 1662, cuando la familia Zheng, un poderoso grupo de leales a la dinastía Ming bajo mandato del famoso Koxinga, se trasladó a Taiwán para convertirlo en sede de su guerra contra la dinastía Qing. Ya en 1895 Taiwán se convertiría en la primera colonia oficial de Japón y formó parte del imperio japonés hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

En la investigación se ha partido del análisis de dos conjuntos de muestras que corresponden a objetos o fragmentos de objetos de madera trabajada que han sido datados y arqueológicamente contextualizados en dos de los episodios más destacados del colonialismo en Heping Dao. Así, la primera muestra corresponde a un entierro holandés, asociado al Convento de Todos los Santos, del siglo XVII y construido por los españoles, y la segunda corresponde al periodo de ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y se recuperó de lo que se supone que fue una trinchera antitanque excavada entonces.

De los análisis de las muestras se desprende que, en el contexto colonial temprano, los restos pertenecen a un ataúd hecho con madera local para un entierro cristiano de una figura relevante de la colonia, enterrado dentro de la Iglesia colonial. El uso de una madera taiwanesa implica la absorción de conocimientos y prácticas aborígenes locales por parte de los europeos. Los árboles de los que se obtenía esta madera (xiaolang, una conífera) crecen en las zonas altas más al interior de la isla, donde los europeos no tenían acceso. La procedencia de la madera apunta a una alta dependencia de redes locales ya establecidas mucho tiempo atrás por los indígenas. En este caso, los europeos estaban aislados de su entorno, por lo que su praxis en sus colonias fue más integradora y, por tanto, afectó a la formación de su identidad y su cultura material. De esta manera, la hipótesis de las investigadoras es que los colonizadores europeos pasaron por un proceso de "indigenización".

En contraste, la cultura material japonesa expresa la imposición de una realidad completamente diferente ya que demuestra que los japoneses recrearon su patria en este entorno. Los objetos de madera que dejó la comunidad japonesa en Heping Dao, durante la Segunda Guerra Mundial, ofrecen una mirada sobre la vida cotidiana, pero más importante aún, sobre el valor simbólico de los objetos de madera, o la madera en sí, en el mantenimiento de la comunidad. Los japoneses definen su cultura como una cultura de la madera (ki no bunka) y, como se ha observado, en Heping Dao, a partir de ella se fabricaron una gran cantidad de objetos cotidianos. Incluso los objetos personales, como el calzado y las almohadas, estaban hechos de madera y, se observa que utilizaron una madera familiar para ellos (Cryptomeria japónica), posiblemente importada durante la colonización inicial y posteriormente cultivada en Taiwán.

Los trabajos de investigación en Heping Dao son posibles gracias a la financiación para proyectos arqueológicos en el exterior del Ministerio de Cultura y Deporte, a la financiación de la Fundación CCK (Chiang Ching-Kuo Foundation for International Scholarly Exchange) de Taipei (Taiwan) y, podrán seguir avanzando, gracias a la financiación del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021-2023 del Ministerio de Ciencia e innovación.

IIIPC

El Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) es un instituto universitario de investigación de carácter mixto, de titularidad compartida por el Gobierno de Cantabria, la Universidad de Cantabria y Santander Universidades.

El Instituto se dedica a la investigación en Prehistoria, en sus apartados de investigación básica y aplicada, así como a proporcionar asesoramiento técnico en el ámbito de su competencia. Sus líneas prioritarias de estudio son: Arte prehistórico, Paleolítico y Mesolítico del SO de Europa, origen y desarrollo de las sociedades campesinas, primeros pobladores del continente americano, tecnología prehistórica y Bioarqueología.

El IIIPC ha sido pionero o lidera el desarrollo de nuevas metodologías y técnicas de análisis en Prehistoria. Entre ellas destacan las técnicas de recogida de información espacial en los yacimientos arqueológicos, las técnicas de estudio del arte rupestre, los métodos de estudio de las tecnologías prehistóricas, los sistemas de control de estabilidad en medios cársticos que contienen yacimientos arqueológicos, las técnicas de monitorización de condiciones ambientales que afectan a la conservación del arte rupestre o los análisis bioarqueológicos.

Desde el año 2005, el IIIPC edita la serie "Monografías del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria", destinada a difundir los resultados de las investigaciones del propio instituto y, en general, la producción científica en el campo de la Prehistoria.