Abstract: Desde la fase de proyecto de puentes y viaductos carreteros se está considerando la necesidad de planificar todas las medidas necesarias para facilitar su explotación. Para ello se están definiendo tres documentos básicos que recogen de forma ordenada las tareas a realizar para garantizar la completa funcionalidad de la estructura durante su vida en servicio. Estos documentos son el plan de inspección, el manual de conservación y mantenimiento y el manual de explotación. Todo surge por propia coherencia con los propios manuales de diseño que exigen periodos de vida útil para las estructuras de hasta 100 años. En el plan de inspección se definen índices de deterioro para el seguimiento de las distintas patologías y se establecen umbrales de actuación. En el plan de conservación y mantenimiento se incluyen tareas no programadas de reparación o sustitución de los elementos y componentes deteriorados por diversas acciones sobrevenidas (accidentes, fallos, etc.); y la sustitución de los que ya han alcanzado el final de su vida útil. El mantenimiento se refiere a los trabajos programados necesarios para garantizar que se alcance la vida útil nominal, proporcionando en todo momento un adecuado servicio (limpieza, reajustes o recalibraciones, sustituciones parciales, etc.). En consecuencia, deben recopilarse pues las especificaciones técnicas de los fabricantes de todos los componentes integrados en la estructura.El manual de explotación puede ser el más complejo de elaboración de todos y debe estar sujeto a una revisión permanente. Resulta evidente que la estructura no es un fin en sí mismo; su objetivo es mantener la vialidad en condiciones ordinarias y extraordinarias de operación. Conseguir el objetivo no está exento de riesgos que deben gestionarse. El manual debe cubrir pues la gestión de los riesgos asociados a la operación ordinaria y los sobrevenidos que resulten previsibles, además de la definición de las condiciones de operación extraordinaria. Entre los riesgos asociados a las operaciones ordinarias se encuentran todos los asociados al mantenimiento de la vialidad: accidentes de tráfico, incendios de vehículos, vertidos, congestión, niebla, etc. Entre los riesgos sobrevenidos se pueden enunciar los asociados a las condiciones meteorológicas extremas, a patologías estructurales, sismo, sabotaje, impactos, socavación, etc. Por otro lado, existen operaciones extraordinarias de vialidad, como el paso de transportes especiales muy diversos, pruebas deportivas, etc. que requieren de estudio. Cada uno de estos documentos se trata a lo largo del artículo tomando finalmente como ejemplo práctico el Puente de la Constitución de 1812.

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