Abstract: Los aneurismas de la aorta toracoabdominal constituyen un reto en cirugía cardiovascular por la complejidad de la patología, agresividad del tratamiento quirúrgico y comorbilidades de los pacientes. Su prevalencia, real y detectada, ha aumentado debido a una creciente esperanza de vida, la mejora del diagnóstico y mayor concienciación de médicos y pacientes. Pueden complicarse por disección o rotura, y la mitad de las muertes se deben a la rotura, incluso con diámetros inferiores a 6 cm. El objetivo terapéutico es reducir complicaciones como disección, rotura o muerte de causa aórtica. La decisión quirúrgica requiere una ponderación cuidadosa de factores anatómicos y de riesgo de eventos futuros frente a los riesgos operatorios. La cirugía abierta sustituye el aneurisma por un injerto anastomosado a aorta adyacente sana, mientras que la reparación endovascular utiliza endoprótesis vasculares para excluir el flujo sanguíneo del saco aneurismático. La mortalidad y morbilidad de la reparación quirúrgica abierta son elevadas, especialmente en pacientes con comorbilidades, e incluyen isquemia medular y daño renal. El tratamiento endovascular se desarrolló como una alternativa menos invasiva a la cirugía abierta, con resultados prometedores en la reducción de la mortalidad hospitalaria, pero su uso sigue siendo experimental. La elección del tratamiento requiere una evaluación multidisciplinar del perfil de riesgo del paciente y de las características anatómicas del aneurisma. Recientemente se ha propuesto un tratamiento híbrido, que combina la reparación endovascular torácica con la cirugía abdominal abierta, pero la experiencia es aún limitada y no hay pruebas sólidas de que mejore los resultados.