Abstract: Los organismos internacionales que en la actualidad marcan la agenda de las políticas educativas han incorporado a su decálogo la deseabilidad de una educación intercultural. Al menos por corrección política, la vigente legislación española (LOMCE) también se hace eco de ese discurso. Pero de una manera muy timorata, al tiempo que instituye un régimen de rendición de cuentas basado en estándares y evaluaciones externas censales. Nos preguntamos si semejante "régimen" tiene, en realidad, efectos incentivadores o desincentivadores para la educación de una ciudadanía intercultural. Puesto que no está todavía en pleno funcionamiento en España, este artículo buscará evidencias a través de una investigación histórica original de dos proyectos curriculares británicos, truncados por la implantación en Inglaterra de un ordenamiento institucional similar tras la aprobación de la Education Reform Act en 1988.