Moisés Álvarez Cuesta
Investigador predoctoral de la UC
Programa de Doctorado: Doctorado en Ingeniería y Arquitectura
Director del Proyecto de Investigación Doctoral:
Contacto: moises.alvarezcuesta@unican.es
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PROYECTO DE DOCTORADO:
EVALUACIÓN DE IMPACTOS COSTEROS DERIVADOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
¿Qué pensarías si te digo que las playas están en riesgo de desaparecer en un
futuro cercano?
Si eres de los que veranea en ese pueblín costero o te gusta el
surf, la pesca o simplemente dar un paseo por la arena, seguramente esta noticia
te impactará.
Si eres de los que prefiere la montaña, quizá caigas en la tentación
de pensar que este hecho no cambiará tu vida.
Normalmente, asociamos las playas únicamente a su valor de recreación, el cual
no es baladí, puesto que es España representa 145.000M€ anuales, o lo que es lo
mismo, el 11% del PIB.
Sin embargo, las playas son mucho más que el lugar en
el que nos divertimos, pues constituyen la primera defensa natural frente a
inundaciones.
Gracias a las playas, el oleaje rompe, disipando su energía y
perdiendo su poder de inundar. Las playas, por tanto, tienen un valor de
protección, menos evidente que su valor recreacional, pero sumamente importante
para los que viven a su abrigo, que somos más o menos la mitad de los habitantes
del planeta.
Las principales amenazas de las zonas costeras son la erosión y la inundación, que
hacen que en Europa gastemos unos 8.000M€ anuales en protegernos y en reparar
los daños causados por temporales.
Pese a ello, las proyecciones de población
apuntan a que, en el 2050, siete de cada diez personas vivirán en zonas costeras.
Lo que tiene sentido debido, entre otros, a la implantación de la cultura del
teletrabajo y a la pérdida de confort en las zonas interiores por el aumento de la
temperatura media global. Llegados a este punto, espero que, si eres de los que
pensaba que la desaparición de las playas no iba a cambiar tu vida, tu impresión
haya cambiado.
El cambio climático alterará el oleaje y el nivel del mar, como consecuencia, los
episodios de erosión y de inundación serán más frecuentes y de mayor intensidad.
Además, estos dos fenómenos se retroalimentan, puesto que, si las playas se
erosionan, pierden capacidad de protección frente a inundaciones.
Para poder
anticiparnos a estos impactos en el futuro, es crucial entender cómo se producen
y las consecuencias que conllevan.
Las preguntas a las que se enfrenta esta
investigación son:
- ¿Cuál será la evolución de un tramo de costa para un horizonte
temporal y un escenario de emisiones determinado?
- ¿Cuáles serán los retrocesos
de largo plazo inducidos por el aumento del nivel medio del mar?
- ¿Qué playas
pueden desaparecer de forma permanente si no se implementan medidas de
adaptación?
- ¿Cómo se van a modificar la intensidad y frecuencia de eventos
extremos de erosión e inundación? ¿Cuál es el efecto de la erosión sobre la
inundación de la costa?
- ¿Cuáles son las estrategias de adaptación posibles ante
diferentes escenarios y cuál sería la respuesta de la costa en caso de ser
implementadas?
Para buscar respuestas, hemos desarrollado una metodología pionera que integra
el modelado acoplado de la erosión y la inundación en la escala temporal del
cambio climático.
Uno de los puntos fuertes de la metodología es un modelo de
erosión, aplicable a una playa o a una región, que se alimenta del oleaje y
niveles presentes y futuros inciertos, incorpora los procesos físicos relevantes, los
efectos de la intervenciones humanas y observaciones para mejorar sus
predicciones.
El modelo da como resultado la evolución temporal de la posición
de la línea de costa, que sirve de base para la reconstrucción de la morfología
litoral futura.
A continuación, estudiamos las inundaciones extremas del futuro,
teniendo en cuenta los cambios en el oleaje y en el nivel del mar, y considerando
la erosión del futuro.
De esta forma, conseguimos integrar la pérdida de la
capacidad de protección de la playa, en el análisis de inundaciones.
Las herramientas que hemos desarrollado mejoran dos aspectos fundamentales
para la gestión de la costa:
- Por un lado, la evaluación de riesgos, que permite
detectar las zonas costeras más vulnerables y su priorización.
- Por otro lado, el
planteamiento de estrategias de adaptación para conservar los servicios que
actualmente proporcionan las playas.