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​La eficiencia energética de la próxima generación de supercomputadores es uno de los principales retos de los científicos que trabajan hoy en su diseño, basados en sistemas exascale, es decir, con una capacidad de cómputo que llegará a alcanzar el exaFlop (10¹⁸ cálculos por segundo), pero que consume mucha energía. En este contexto, se desarrolla el proyecto europeo Mont Blanc, en el que participa la UC, y cuyos socios se reúnen estos días en Santander.

En Europa, se ha apostado por una computación basada en tecnología ARM, que supone utilizar los procesadores que se usan en elementos de nuestra vida cotidiana, como tablets, teléfonos móviles, o televisores, y que tienen un consumo bajo de energía, en comparación con los procesadores que se utilizan actualmente en la supercomputación.

"En 2011, fuimos realmente pioneros en plantear el uso de la tecnología ARM en la supercomputación. Hoy, nuestro objetivo ya es crear un completo entorno, no sólo hardware, sino también software y estándares, para que este modelo de supercomputación se industrialice. Por eso, el fin del proyecto Mont Blanc en esta tercera fase es diseñar ese entorno", según explica Pascale Bernier-Bruna, responsable de difusión del proyecto Mont-Blanc, de la empresa Atos, socio del proyecto.

"Esta iniciativa, que ha recibido el respaldo de la Comisión Europea desde su inicio, ha contribuido enormemente a popularizar la tecnología ARM para supercomputación. Cuando empezamos, esto era un sueño y logramos probar que era posible. Eso fue el logro principal de las dos primeras fases del proyecto. Por eso, era necesario una tercera fase, para industrializar productos que han resultado de esta investigación previa", señala Bernier-Bruna.

"La finalidad es competir con el resto del mundo en el diseño y fabricación de grandes computadores, muy veloces, que sirvan para el avance de la ciencia y de la sociedad en general. Se trata de producir computadores muy potentes pero que consuman poca energía", señala el investigador de la UC, Ramón Beivide.

Participación de la UC

El grupo de investigación en Arquitectura y Tecnologías de Computadores (http://www.atc.unican.es/) de la UC, coordinado por Ramón Beivide, es parte de este proyecto que aglutina a empresas y organismos de investigación aportando su experiencia en el diseño de la red de interconexión que comunicará los millones de dispositivos del futuro prototipo europeo de supercomputación. Dichas redes se consideran un elemento clave, tal y como señala el investigador, en la carrera a nivel mundial hacia los supercomputadores exascale, que se esperan para el final de esta década.

Mont Blanc

Los proyectos Mont-Blanc 1 y 2 están coordinados por el Barcelona Supercomputing Center (BSC) y Mont-Blanc 3 por la empresa francesa Atos-Bull. Forman un consorcio europeo en el que se encuentran, además de la UC, empresas tecnológicas como Bull, ST Microelectronics, Allinea y ARM, así como Jülich, GENCI, INRIA, CNRS, CINECA (Italia) y la Universidad de Bristol y Stuttgart.

En su inicio, el proyecto tenía un presupuesto de más de 14 millones de euros, incluyendo más de 8 millones financiados por la Comisión Europea a través de su Séptimo Programa Marco (FP7). Dos años más tarde, concedió fondos adicionales de 8 millones para ampliar las actividades del proyecto Mont-Blanc y el año pasado aprobó una tercera fase del proyecto que persigue, precisamente, trasladar a la industria, el modelo desarrollado, tal y como explica Pascale Benier-Bruna, responsable de difusión del proyecto Mont-Blanc, de la empresa Atos, socio del proyecto.

Más información: www.montblanc-project.eu

Foto: Un momento de la reunión de los investigadores participantes en Mont Blanc, en Santander.