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31 JULIO 2018
Cursos de Verano

Gonzalo Trancho, antropólogo: “En el Paleolítico no se comía solo carne”

El profesor de la Complutense abordará esta tarde en Ramales las técnicas actuales que nos permiten saber qué comían nuestros antepasados

"La paleodieta se ha puesto de moda, comer unas cosas que son las que se suponía que comían los hombres del Paleolítico y resulta que no es exactamente esto; la dieta era mucho más variada de lo que podemos pensar". Así se ha explicado Gonzalo Trancho Gayo, profesor titular de Antropología Física en la Universidad Complutense de Madrid y encargado de ofrecer una conferencia esta tarde en la sede de Ramales titulada 'Somos lo que comemos: cómo interrogar al esqueleto para que confiese nuestra dieta' y enmarcada dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).

El profesor desmitifa lo que mucha gente entiende por dieta paleolítica: "Lo que se intenta vender para adelgazar es comer muchas proteínas y no ingerir algunos alimentos que han aparecido después"

El profesor desmitificaba lo que mucha gente entiende por dieta paleolítica explicando que "lo que se intenta vender para adelgazar es comer muchas proteínas y no ingerir algunos alimentos que han aparecido después".

"Durante el Paleolítico había ingesta de proteínas pero también había ingesta de vegetales, había incorporación de raíces, de hongos de setas, de frutos y de bayas, no se comía solo carne, que es lo que la gente piensa con la paleodieta", insistió Trancho.

Para realizar ese interrogatorio al que hace referencia el título de la conferencia, Trancho afirmaba que "podemos fijarnos en algunas características morfológicas macroscópicas que aparecen en el esqueleto y que nos dan información sobre lo que hemos comido", explicó Trancho. Pero éste no es el único método que se puede utilizar para que un esqueleto revele nuestra dieta ya que "podemos estudiar la composición química del hueso u otra serie de parámetros que nos dan pistas".

El antropólogo explicó que el examen de un esqueleto se hace de manera minuciosa. "Lo que hacemos es fijarnos en una serie de protocolos", y como ejempló añadió que "el sarro de un diente nos puede permitir recuperar la presencia de las plantas que han dejado unos restos, que se llaman fotolitos, y a través de ellos podemos identificar qué plantas son estas".

Además, el experto también añadió que, en ocasiones, "podemos encontrar indicadores de salud que nos dan una pista sobre si el individuo ha sufrido anemia o podemos plantearnos la presencia de una concentración de ciertos isótopos estables que nos dan pistas sobre si el individuo ha ingerido mayor cantidad de pescado o ingiere productos basados en elementos como puede ser el maíz".

Por otra parte Trancho también explicó que un esqueleto pude dar pistas no sólo de la alimentación que el sujeto llevaban cuando estaba vivo sino también, en ocasiones, del modo de vida.

"El hueso, mientras estamos vivos, es un tejido vivo, y por lo tanto, responde a la demanda funcional que hagamos de nuestro propio esqueleto", dijo y añadió que hay una serie de puntos en donde se insertan los tendones que también van a producir modificaciones con respecto a la demanda".

El profesor aseguró que esos aspectos "son los que nos pueden dar pistas sobre qué paquete muscular ha sido el que ha sufrido una demanda funcional y por qué y de esa manera podemos incluso entender si un individuo portaba pesos grandes o desarrolla una actividad repetitiva durante mucho tiempo".

 




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