Se trata de un proceso basado en una biopelícula de membranas porosas, en general, cargadas o no superficialmente, y permeables a gases oxígeno o aire comprimido. El oxigeno se difunde a través de las membranas sin producir burbujeo a través de las mismas. El oxígeno introducido se agota en la propia biopelícula antes de llegar al seno del líquido, o sea al agua residual a tratar, con lo que el seno del líquido es anóxico. Un sistema de regulación del caudal de aire u oxígeno suministrados, a una presión inferior a la presión característica del punto de burbuja de la membrana permite su control en explotación. La biopelícula está estructurada en profundidad en cuatro capas de actividad microbiana, lo que permite grandes ventajas en la capacidad de eliminación de la materia orgánica carboncea y de los distintos focos de nitrógeno, dándose fenómenos de oxidación biológica del carbono y del nitrógeno, desnitrificación anóxica y fermentación anaeróbia, bien conjunta o independiente.
