Abstract: La educación es la clave de los programas de optimización de antimicrobianos (PROA) porque la consecuencia de que el 50% del uso de antimicrobianos sea inapropiado es la desproporción entre el nivel de conocimientos necesarios para utilizarlos correctamente y la formación específica que reciben los prescriptores. Por esta razón los PROA están basados en actividades educativas. Estas son difíciles de evaluar. En nuestro país, la aplicación de actividades educativas en estos programas, aunque ha mejorado en los últimos años, es muy heterogénea.
Recomendamos las siguientes medidas por orden de efectividad: auditorías, asesorías y visitas académicas como intervenciones basadas en prescripciones reales, con retroalimentación de los resultados e intervenciones multifacéticas. Las estrategias pasivas con difusión de pósters, noticias y guidelinessolo tienen un efecto marginal y temporal en el cambio en la prescripción. Estas medidas necesitan una amplia participación profesional junto con un enfoque más activo y herramientas de enseñanza en formato electrónico. Tanto las medidas interactivas como las pasivas deben integrarse en el PROA y tener el apoyo institucional. Finalmente recomendamos la inclusión de los antimicrobianos en los planes de formación de todas las especialidades clínicas.