Principios básicos

​Los precedentes históricos de los presupuestos participativos se remontan a algunas iniciativas desarrolladas en la ciudad brasileña de Porto Alegre en 1989. Desde entonces, esta fórmula de gestión ha ido ganando presencia en varios países de América Latina y Europa. En estos ejemplos, al igual que ocurre en el caso español, es en el ámbito municipal donde tienen un mayor recorrido, quizá porque es en ese tipo de entornos políticos donde existe una conexión más directa entre ciudadanos y representantes políticos.

En el año 2011 tuvo lugar, en la ciudad de Bogotá, la III Asamblea de la Plataforma Internacional por los Presupuestos Participativos y la Planificación Participativa. En dicha asamblea, y a modo de conclusión, se firmó el documento que se conoce como “Declaración de Bogotá de 2011” y que incluye las siguientes consideraciones:

  • Auto-reglamentado, considerando las particularidades de los barrios, poniendo al servicio del proceso a la Administración Pública.
  • Incluyente, sin distinción de género, etnia, religión, procedencia... y favoreciendo la participación efectiva de los sectores excluidos y las diversidades.
  • Debe contar con espacios deliberativos previos al momento decisorio y favoreciendo la construcción de consensos.
  • Debe aplicar la democracia directa (un/a participante un voto).
  • En caso de elección de delegados/as estos/as deben tener mandato imperativo de sus asambleas.
  • Vinculante, garantizado el cumplimiento de las decisiones ciudadanas.
  • Con sistemas de seguimiento, control social y rendición de cuentas.
  • Encaminado a la superación de las desigualdades y absoluto respeto de los Derechos Humanos.
  • Que cuente con sistemas de información, comunicación y formación que garanticen la autonomía, empoderamiento y apropiación social del proceso.
  • Vinculado a la planificación participada, gestión participativa y el desarrollo del territorio.
  • Con marcos técnicos y administrativos que faciliten estos procesos.
  • Que garantice la participación en todas las fases del proceso.
  • Implementado sobre un monto significativo y progresivo del presupuesto.
  • Que se aplique de forma continuada.
  • Movilizador de la ciudadanía y transformador de la realidad social.


En el año 2016, el Ayto. de Santander pone en marcha este tipo de autogestión, con un presupuesto de 1 millón de euros, que fue dividido en 4 lotes de 250.000 euros según la distribución de distritos de la ciudad.

Desde el punto de vista aplicado a gestión universitaria, es posible encontrar ejemplos de buenas prácticas en iniciativas como la puesta en marcha por la Universidad Complutense de Madrid en los años 2016 y 2017. En este último ejercicio, la participación fue del 2,82% de la comunidad universitaria, que asciende a unas 100.000 personas.

La Universidad de Cantabria ha consolidado una acción de Presupuestos Participativos, tras las tres primeras convocatorias, de 2018, 2019, 2021 y 2022. En las mismas, y tras la valoración final por parte de la Comisión Técnica, se aprobaron los siguientes proyectos, todos ellos en fase de evaluación o ejecución.

2018: Campus Sostenible

  • Instalación de Pistas de Pádel.
  • Mejoras en los comedores universitarios.
  • Mejora de la eficiencia energética.

2019: La UC 4.0

  • Punto de recogida para paquetería.
  • IoT, gestión inteligente y eficiencia energética.
  • Impulso de los trámites electrónicos.
  • Reciclaje selectivo y espacios saludables.

2021: UC 2023
  • Mejora de los espacios verdes del campus. Islas verdes para enriquecer ambiental y socialmente el campus.
  • Confort térmico en interiores de la UC. SmartHeat: Gestión inteligente de la calefacción.
  • Ayudas a la traducción de trabajos científicos.
  • Electrificación Salas de Estudio.
  • Factorías digitales: Sala de grabación.

2022: UC 2023
  • Eficiencia energética en climatización.
  • Equipamiento y mejora de zonas exteriores.
  • Electrificación de aulas.
  • Instalaciones de generación de energía renovable.
  • Mejoras en los comedores universitarios.